Me gusta besar robles |
Ese viejo roble bajo el que tantas tardes pasamos. Me hubiera tumbado y fijaría mi vista en sus ramas, sus hojas recortadas de borde sinuoso. La brisa del mar las iría desprendiendo cubriendo mi cuerpo, tapándolo, ocultándolo a cada minuto. Dejaría que la tierra me abrazara y fuera tomando lo que es suyo.
Si entonces supiera lo que ahora sé.