"...del gran Ed Dunkel, de sus troncos de la niñez, sus amigos de la
calle, de sus innumerables chicas y de las orgías y las películas pornográficas, de sus
héroes, heroínas y aventuras. Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo
en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y
tenue. Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba
tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!». "
calle, de sus innumerables chicas y de las orgías y las películas pornográficas, de sus
héroes, heroínas y aventuras. Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo
en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y
tenue. Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba
tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!». "
Jack Kerouac |
Era marinero y fui al Café Imperial, en Scollay Square, Boston, a tomar un trago; me
bebí sesenta cervezas y fui al retrete donde me abracé a la taza y me quedé dormido.
Durante la noche por lo menos un centenar de marinos y de individuos diversos fueron
al retrete y soltaron sus excrementos encima de mí hasta que me dejaron irreconocible.
Pero ¿qué importaba...? El anonimato en el mundo de los hombres es mejor que la fama
en los cielos, porque, ¿qué es el cielo? ¿qué es la tierra? Todo ilusión.
Al amanecer, Dean y yo salimos dando tumbos de aquella cámara de los horrores y
fuimos en busca de un coche a la agencia de viajes. Tras pasar gran parte de la mañana
en bares de negros, siguiendo tías y escuchando jazz en las máquinas de discos, hicimos
ocho kilómetros en autobuses de cercanías con nuestro disparatado equipaje y llegamos
a casa de un hombre que nos cobraba cuatro dólares a cada uno por llevarnos a Nueva
York."
En el camino, Jack Kerouac
Y ahora, a quién no le apetece leer a Kerouac?
1 comentario:
Es uno de los grandes autores de la generacion beat, es uno de los libros que mas he disfrutado y me han entusiasmado. Te animo a que pases por mi blog :)
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