La Petite Danseuse de Quatorze Ans. Degas (1881) |
Motor de muelles al que doy cuerda hasta que la manivela comienza a clavárseme en el dedo. Al principio el cilindro remachado gira descontrolado reproduciendo una música veloz y alegre, pero conforme van pasando los minutos el giro se ralentiza y las púas del cepillo tardan en desengancharse de los remaches y entonces es cuando entonan una musiquilla triste. Dicha musiquilla tiene una duración bastante mas larga que el desorden del primer momento. A veces cierro la tapa y coloco a la bailarina coja encima. Baila sin parar, con su tutú descolocado y su eterno rond de jambe. Se mueve como un fantasma sobre el cristal de espejo, una autómata que se desliza enajenada y frenéticamente. Pero es hermosa, a su manera lo es. Me quedo escuchando, esperando a oír sonar la última nota, que es siempre la que queda sonando en los oídos.
Clin! Se acabó.
2 comentarios:
hola como estas? pasaba a saludarte! te dejo un fuerte abrazo!
gracias Allek! un abrazo para ti también!
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