miércoles, 23 de marzo de 2011

Gestión y administración de terrores. Como optimizar los recursos profilacticos ante los miedos y manías


Tengo en mi cabeza, a un centímetro escaso de las cuencas de los ojos una sima de los huesos, donde en lugar de arrojar los restos de mi hermano antecesor empujo con ganas y mala ostia los bichos que me atormentan. Caen por el agujero haciendo un ruido semejante al de las bolas de billar cuando desaparecen por la tronera. Pero a veces no desaparecen sin más, quedan cual Sócrates, moscardón ateniense, haciendo bzz-bzz, retorciéndose y luchando por vivir.

Intento tapar la boca del infierno con una tapa de alcantarilla para ahogarlos;  pero si la cosa se pone fea hay que ponerse manos a la obra. Corro el riesgo que esos entes que aguijonean mi conciencia crezcan y revienten la fosa, si eso ocurriera saldrían volando todos los restos acumulados durante años, miguelones con muelas podridas, mentirijillas y mentironas, el monstruo verde de los celos que deja un rastro de babas, la niña mimosa y egoísta que no consigo exterminar, y un carrusel de abominaciones varias que moran en la profunda y oscura sima.

La Quimera de Arezzo
 Para recuperar la tarasca tengo que armarme de valor e ir a buscar la potera con la que salgo a cazar krakens en las noches de luna llena cuando baja mucho la marea. Salimos el capitán Ahab y yo misma en el Pequod en busca del monstruo que luego vendemos a buen precio en la lonja.

Una vez engancho el artilugio al sedal solo tengo que adivinar a ciegas si lo que estoy pescando es el pensamiento no-muerto, esa idea obsesiva, esa gran pérdida de tiempo, ese mal que nos atormenta a los hipersensibles, enamorados, apasionados, romanticos, noveleros, majaderos y lunáticos. Si, lo engancho y empiezo a subirlo, despacio, para que los anzuelos de la potera no se queden clavados en las paredes de la fosa, valoro su peso, su movilidad e inclinación... Cuando asoma por la arista lo agarro con un trapo, como se agarra a las anguilas porque las locuras se escurren e intentan escapar, pero eso sería fatal, sería volver atrás y nada de lo hecho hasta ese momento hubiera valido la pena. Y quién ha visto pescar anguilas alguna vez, ya sabe lo que hay que hacer con la anguila antrapada... Zas!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

mucho tiempo sin actualizar vagonetas!!!! me das miedo...

Luz dijo...

xenial!

:D

pinkmist dijo...

Estimado señor Anónimo:
Si es usted mi madre, debió haberme prohibido a Poe y a Lovecraft cuando aún estaba a tiempo. Ahora no sirven las lamentaciones

Miss Amanda Jones dijo...

Ay la osa...