martes, 25 de enero de 2011

Mi vampira

Existen los vampiros, pero no hace falta que lleven un pico de pelo en la frente, no se reflejen en los espejos, vistan capas hasta el suelo y duerman en féretros. Hay personas que te vampirizan, te absorben, te manejan y te destruyen. No los ves venir, se acercan con una sonrisa en la cara, dan muestras de querer ayudarte y se ganan tu confianza, pero poco a poco comienzan a cavar sin hacer ruido, sin dejarse notar, con cuidado. Cavan y cavan sin que te des cuenta... Se cuelan en tu vida, en aspectos que no dejarías que nadie se inmiscuyera, entran hasta la cocina y más. Si te dejas, acaban tomando decisiones por ti. Llega hasta tal punto la confianza en estas personas que tienes muy en cuenta sus comentarios y opiniones, nunca cuestionas la intención que llevan sus palabras envenenadas.

Nosferatu
Hace algún tiempo coincidí con una de esas personas. Al principio me caía mal, no quería su trato, pero diez horas al día durante cinco días a la semana me convencieron que era mejor llevarnos bien y ese fue el gran error. Dejaba que me (mal)aconsejara sobre la ropa que me compraba, la comida que me llevaba a la boca, llegué a quitarme el color de pelo que llevo desde los 16 años, decía que mi carrera la sacaría hasta un chimpacé, mi coche era una mierda francesa, etc. Cuando perdí de vista a esta persona me di cuenta que yo no era torpe, no era gorda, no era fea... Cuando la perdí de vista al principio me dio pena, pero al poco tiempo me di cuenta de lo feliz que estaba siendo en su ausencia. Fui recopilando mentalmente todas y cada una de sus artimañas, sus palabras, horrorizandome a mi misma de lo amargada que había estado durante esos años... Tardé en dejar de odiarla, en reconciliarme conmigo misma por haber sido tan estúpida, por dejar que me manipulara y me traspasara sus muchos complejos. Cuando de vez en cuando nos cruzábamos me hacía algún comentario sobre mi ropa, mi cara, mis piernas... yo me limitaba a mirarla y no decir ni mu porque a veces cuando no se tiene nada bueno que decir es mejor callar.

Pareceré una tonta por haberme dejado influenciar por alguien, pero cuando eres una "boafé" como era yo, pues no piensas mal. Aún hoy creo que ni ella era consciente del daño que hacía... o si... da igual, solo se que es la persona más horrible que me crucé en mi vida y como de todo se aprende en esta vida y las cosas muchas veces nos ayudan a crecer, espero poder ver venir a los vampiros de ahora en adelante.

Mas sobre  VAMPIROS EMOCIONALES

viernes, 21 de enero de 2011

Los diecisiete

Todas las tardes  bajaba corriendo por aquel camino empinado, llegaba un momento en que mis piernas se volvían locas y me llevaban cuesta abajo. Aunque estaba el mar un poco lejos se podía oler el salitre los días secos. Se filtraba en nuestros pulmones y nos gustaba.

- Huele a marea- decía alguno de nosotros mientras inspiraba el humo  de uno de esos cigarros furtivos.
- Me parece curioso oler el mar, aún viviendo siempre a su lado. Dicen que el olfato es el único sentido que se acostumbra a los estímulos.

Los últimos rayos de sol de  la tarde se colaban por las rendijas de las contraventanas de madera. Las partículas de polvo que revoloteaban y el humo suspendidos en el aire dibujaban una línea de luz que se proyectaba en el suelo de roble gastado por los años. De vez en cuando un suspiro de aire se colaba entre las viejas ventanas y el antepecho de granito y esa linea se difuminaba. Se oía pasar un coche, un claxon, un contenedor que se cerraba de golpe, un cuervo graznaba timidamente y callaba.

Apuro el último cigarro y  hasta mañana.

miércoles, 19 de enero de 2011

hoygan!

Señores y señoras:
1. tengo un montón de visitas en el blog,
2. me escribís correos diciéndome lo mucho que os mola
3. o me decís, "Ah! si, lo leí en tu blog!"
4. me poneis "Me gusta" en el enlace del facebook o me escribís comentarios

POR FAVOR, ponedme los comentarios en el blog, sino no vale.
Desayuno con Diamantes

Carta abierta a cualquier primer amor

No se puede recomponer algo que se ha roto en tantos pedazos. Son tantos y tan lejanos en el tiempo que nadie podría encontrarlos, ni con un esfuerzo arqueológico. Al amparo de las sombras buscas algo que has perdido hace tanto tiempo que ya no sabes que es, solo sientes que alguien te ha saqueado el corazón. Sientes un gran peso ocupando espacio en tu memoria.
 Recuerdo aquellos días rojos, aquellos veranos, aquel frío en la cara las noches de agosto. Aquellas tardes sin nada que hacer, solo mirarnos. Pero cayó, se hizo el silencio y el jarrón rompió en mil pedazos, congelándose en el tiempo. Decidimos en ese momento que ya no nos queríamos. Queríamos un recuerdo, ese recuerdo que podría pertenecer a cualquiera y nosotros estábamos en el por casualidad. 
Sunrise: a song of two humans
 El problema fue el tiempo. Cambiaron las cosas, seguíamos enamorados de aquel tiempo en que éramos animales salvajes. Pero se nos rompió el alma. El amor se pudrió y se llenó de gusanos. Las tardes en los cerezos, los paseos por el bosque... fuimos tan afortunados que me niego a pensar que haya sido una casualidad. Te he dejado en el camino de la vida, quizá algún día te vuelva a encontrar entre los cerezos o tumbado sobre una roca en la playa, joven otra vez, casi un niño, sonriendome con los ojos casi cerrados por el sol. 
Qué solos estábamos! éramos tan iguales! éramos tan felices! nunca dejó de temblarme el corazón, nunca dejó de galopar en mi pecho cuando te tenía, hasta que lo hizo. Nos traicionamos. Teníamos toda la vida para nosotros y nos matamos.
Recuerdas nuestro secreto? no decíamos nada, era un secreto. Eras tan gamberro! Creíamos que aquello duraría para siempre... Recuerdo tu olor, olías a mar y a verano, a invierno y a lluvia. Se "puede saltar desde un cabo y vivir?", " se puede ahogar uno y luego vivir?" yo te he sobrevivido y ha sido maravilloso.


*Espero que todo el mundo haya tenido el suyo y sepa de que hablo

martes, 18 de enero de 2011

Solos

Eduardo Manostijeras
Nos aterra estar solos, por algo no dejamos de ser animales gregarios. Quizá ese miedo esté arraigado fuertemente en nuestro ADN y proceda de los albores de la humanidad cuando un solo individuo fuera de la comunidad estaba condenado a morir en las fauces de una fiera, de hambre o de frío. Puede que la búsqueda de compañía sea una manifestación más del instinto de supervivencia, pero lo que sí es cierto es que es uno de los males que padece esta sociedad cada vez más deshumanizada. Cuando somos niños nos basta con que mamá esté pendiente de nosotros, en la adolescencia los amigos se convierten en algo así como una segunda familia que parece cobrar más importancia que la propia. La soledad en esa primera juventud nos porvoca pánico, pero es en la edad adulta cuando realmente se sufren sus efectos. La falta de compañía nos deprime, quizá porque hace que nos quedemos a solas con nosotros mismos, nuestras manías, nuestras locuras. Aprender a estar con uno mismo y soportarse conlleva un esfuerzo titánico, pero es posible. A veces intentamos llenar el vacío con una mascota, una afición, un libro; buscamos compañía en el vecino, la sección de contactos del periódico, internet... El hecho de charlar un rato es más que suficiente para sobrevivir un día más.
Pero hay otra clase de soledad que es la más devastadora, es ese sentimiento que se queda a vivir en nuestro interior, que poco le importa que estemos rodeados de gente que nos quiere. A veces te sientes solo por el hecho de sentirte incomprendido "extranjero en un mundo extraño" y paradojicamente echar a correr, pasear solo y estar con uno mismo mitigan ese sentimiento.

Historias de lareira

Lareira
Hoy he soñado con Victoria. Mi bisabuela era uma mujer pequeña. Tenía la cara completamente arrugada, pero entre tantas arrugas llamaban la atención unos preciosos ojos azules. Siempre llevaba un pañuelo en la cabeza, bajo este tenía una enorme trenza de pelo gris recogido en un moño bajo. He soñado con su gran cocina presidida por una enorme lareira. Me encantaba sentarme en uno de los bancos que tenía colocados en torno al fuego mirando como ella freía unos huevos en la sartén sobre el trespés. Me daba miedo mirar por el hueco de la chimenea, era negro como la noche y muy largo largo. Solía tener chorizos colgados en el arranque.  La lareira estaba elevada en una plataforma a la que me costaba subir y en la esquina una preciosa columna sujetaba los sillares del alero. Me hipnotizaba mirar el fuego. El calor. La planta baja de la casa era atravesada por un pasillo enorme que comunicaba las dos fachadas de la casa. Al otro lado de ese pasillo había una serie de ventanucos por los que los terneros asomaban sus cabezotas. Me encantaba remangarme el jersey y acercarles el brazo porque pasaban su lengua rasposa y me hacían muchas cosquillas. Recuerdo que en la pileta de la cocina  siempre había un cazo de cerámica del que bebíamos todos. El desagüe de esta pileta desembocaba directamente en una pequeña corriente de agua donde estaba la piedra de afilar. La casa de Victoria era un museo etnografico, estaba formada por 3 edificaciones y un alpendre, tenía colmenas, cerdos, gallinas, conejos, una burra... Conservo tan buenos recuerdos de aquellos días con mi bisabuela!

lunes, 17 de enero de 2011

deja todo como estaba

Amelie
Cuando somos pequeños nuestras madres nos repiten hasta la saciedad una serie de premisas, leyes no escritas que conforman el código de conducta que nos ayudará en un futuro a ser personas "de bien". "Deja salir antes de entrar", "por favor y gracias!", "pide perdón!", "lávate las manos", "haz por los demás lo que te gustaría que hicieran por ti" ... pero la que sin duda es la verdad más verdadera y la que es aplicable a casi todos los momentos de nuestra vida es "deja todo como estaba".
El "deja todo como estaba", nació en el cuarto de los juegos, donde teníamos todos los juguetes y nos pasábamos horas y horas tiradas en el suelo (y en el cuarto de baño). Mas tarde te das cuenta que si vas al monte, a la playa, al campo es importante que todo quede como si no hubieras estado allí. La caca del perro, la ropa que descuelgas en una tienda, cerrar las puertas que estaban cerradas... deja todo como estaba.

Pero a lo que no es aplicable es a las personas. Cuando conoces a alguien y llegas a quererle, ya sea un amigo, un novio, el vecino, da igual, es imposible que nuestro interior permanezca intacto. Con suerte las cosas cambian a mejor, una amistad o un amor siempre son valiosos y ayudan a que seamos mejores personas, nos van construyendo por dentro. Pero cuando las cosas acaban mal, esa construcción interior se desmorona, piedra a piedra, madero a madero, como un castillo de arena. Porque no nos equivoquemos, las relaciones humanas o no acaban o acaban mal y no hay otra, aunque intenten vendernos una milonguita de finales felices, estos no existen. Hay personas que nos dejan por dentro hechos una porquería, como una sala de cine después de la sesión infantil, llenos de palomitas esparramadas y refresco pegajoso por toda la moqueta. Pero es de suma importancia que el cartel siga colgado, podemos pasar la aspiradora y perfumar con ambientador de lavanda, hay que sacar toda la basura bien lejos y acomodar la sala para la próxima sesión, porque lo peor que podemos hacer es  echar el cierre.

5 cosas que quiero hacer pero no

1. pintar la sala. si, pero no lo hago porque hay una estantería enorme de pladur llena de recovecos.
2. teñirme el pelo. estoy un poco harta del rubio, pero cualquier otro color de pelo me hace la cara muy bruta y horrorosa
3. pasar del facebook. por mi lo cerraba hoy mismo, pero hay amigos que solo puedo contactar con ellos por medio de esta red.
4. hacer un tatu. la excusa ahora es que no se en que sitio de mi cuerpo hacerlo.
5. casarme. llevamos casi 11 años pero la verdad es que estamos genial así.
Tatuajes de Mitchum en "La noche del cazador"

domingo, 16 de enero de 2011

A S U M I R L O

Las noches de Cabiria
Esa es la palabra que define un punto de inflexión, un antes y un después, un nuevo orden de las cosas dentro de la vida que cada uno. Las personas luchamos para cambiar lo que no nos gusta haciendo de esa lucha el motor de la vida. A veces lo conseguimos, y con ello hacemos nuestra vida un poco mejor. Pero otras veces ese cambio no llega. Tardamos en darnos cuenta que por mucho que lo intentemos, hay cosas que no están en nuestra mano, ni siquiera en la mano de alguien. Lo peor es que no se puede controlar.
Después de una, con suerte, pequeña fase de negación, llega el momento de asumir la situación y ver las cosas desde otra perspectiva.

Hay que reconfigurar los esquemas y decidir que rumbo tomar.
La mayoría de las veces asumir una situación que no nos gusta también hace que nuestra vida sea mejor, porque esa rebelión fracasada contra el estado de las cosas lo único que hace es frustrarnos. Por lo que hay que buscar vientos favorables, mirar hacia delante y levantar la barbilla bien alto.

sábado, 15 de enero de 2011

Me gusta el café frío y sin azúcar

Frankie & Johnny
Pongo a la Velvet, siempre busco esa canción que me gusta tanto. Me siento en el sofá y le doy un trago al café.

"Sometimes I feel so happy, sometimes I feel so sad."

La dejo sonar, me encanta lo que me dice. Es como si me estuviera hablando a mi. Supongo que por eso nos gustan ciertas canciones, porque nos identificamos con ellas. Podemos estar escuchándolas años, impasibles, que de repente un día en que estás obsesionado con algo, la escuchas y cada palabra cobra un nuevo sentido para ti. Cada sílaba. Busco el mando, subo el volumen. Cierro los ojos. Me recuesto en el respaldo del sofá.  

"Linger on..."

La luz que hay hoy no me gusta. Es fría y gris. Me gusta la luz amarilla del verano. Incluso la blanca de la primavera. Pero la gris del invierno me entristece mucho. Miro por la ventana y veo los árboles sin hojas. Pienso que quién fuera árbol y dormir todo el invierno.   

"I´d put you in the mirror...".

Me envuelvo en la manta de ganchillo de mil colores y doy otro trago al café. Debería limpiar las ventanas. Empieza a llover. El mar está igual de feo que el cielo, gris plomo. Dicen que los tuareg pueden diferenciar los diferentes colores de la arena del desierto. Pues los gallegos somos capaces de distinguir los colores del mar, incluso sabemos si va a llover consultando su color plateado. Mi perra que duerme a mis pies me da tranquilidad. Manchas grises corren hacia la estación marítima.

"It was good what we did yesterday"

Apuro lo que me queda de café. Miro a mi alrededor y me encanta lo que veo.

viernes, 14 de enero de 2011

Entrevistas de trabajo

Me levanto con el despertador aunque  llevo cerca de una hora despierta escuchando la respiración de Carlos. Por vergüenza me quedo en cama porque se lo mal que lleva mis nerviosismos. Apago el despertador me levanto y me meto en la ducha, intento no pensar, tranquilizarme, pero es esa sensación comparable a los momentos previos a un examen la que no me deja en paz. Me seco, me pongo una camiseta y voy descalza a hacer un café. Me lo trago en cero coma y me vuelvo al baño.
Mi pelo. Ese es el problema. Cojo una nuez de espuma y me la echo por las puntas. Abro el primer cajón y saco la artillería. Ese flequillo a lo Nico me encanta, pero me da un trabajo... Paso la "líssima" por el flequillo y la raiz, el cepillo de cerámica con el secador normal por las puntas y después acabo pasándo las planchas de cristal estupendas que me regaló mi hermana. El cepillo de cerdas de jabalí para sacar la electricidad estática y una gota, solo una de "elixir 79", cabello líquido antifrizz carísimo que me regaló mi madre. Sé que en media hora pareceré el rey león por lo que vaporizo una buena dosis de laca encima de mi cabeza.
Chapa y pintura. Sé que la laca de uñas o te gusta o la odias, y hay gente que la odia. A mi me encanta, pero no quiero que mis uñas hoy sean el centro de atención por lo que les voy a dar una pincelada de brillo.
Cejas impolutas, bigote fuera, maquillaje base, corrector en las ojeras, bajo las cejas y en el mentón; polvos antibrillo y una tonelada de máscara de pestañas de CD que me las deja kilométricas. Ok! ya no parezco yo.
Abro el armario. Saco el vestido mas neutro (aburrido) que tengo. Es un vestido de tweed fino, entallado que me atrapa con su eterna cremallera en la espalda cada vez que lo pongo. Es un vestido impecable, de cuello barco y largo por encima de las rodillas. Me sienta como un guante siempre y cuando me ponga un push-up. Es un vestido muy femenino y serio. Ideal para una entrevista.
Escojo unos zapatos con un tacón medio y unas medias tupidas. Por encima voy a llevar el trench. Me da un aire más urbano que un abrigo y más profesional que una cazadora. El bolso de piel marrón.
Unos pendientes casi invisibles, un anillo a juego con el vestido y una pulsera muy fina. Nada más. 
A la entrevista me llevo un curriculum. Aunque ya lo tengan, prefiero llevar uno impreso en papel verjurado con una foto original mía pegada en la esquina superior derecha. Sé que el curriculum es tu tarjeta de presentación, ha de ser serio, conciso y profesional.
Antes de salir de casa me echo unas gotas de perfume del bueno, del que no intoxica, que solo se deja oler cuando te mueves. Un beso y mucha suerte.

Eres un todo, vas bien peinada, bien vestida, bien maquillada, con tu mejor sonrisa y tu curriculum lleno de méritos y experiencia.

Llegas a la empresa donde te entrevistan pensando "por dios que me entreviste una mujer". Lo segundo que le pides al todopoderoso es que la persona que te entreviste sea de un departamento de RRHH o de personal. Pero a veces no tienes esa suerte, no.
A veces te entrevista un señor bajito muy poco profesional que hace que te arrepientas nada mas sentarte en la silla y que suele ser el propietario de la empresa en cuestión. Coge el currículum, y de toda tu historia profesional y educativa, los cursos que has hecho, los programas de diseño que manejas nivel experto desde hace 7 años, etc. lo único a lo que prestan atención es a que naciste en Ferrol y vives en Cangas "Tú padre es militar?". O te dicen "Tienes hipoteca? es que a mi me gusta que tengais alicientes para trabajar más" o "como es que hiciste un FP despues de licenciarte?"  Y A TI QUE COÑO TE IMPORTA???? Tengo muchas perlas de esas en la memoria.

Entonces en mitad de la entrevista empiezas a pensar en tus cosas, te dan ganas de levantarte y decir "No se moleste en seguir, no me interesa trabajar en su miniempresa bananera de mierda", casi te da pena el haberte molestado tanto y haberle dado ese curriculum en el que te dejaste 4€.

aaains! Margaritas a los cerdos.

(Pero bueno, he de decir que a la última entrevista a la que fui fue un ejemplo de profesionalidad. )

jueves, 13 de enero de 2011

High Hopes

A día 13 y aún no he hecho la lista de propósitos para este año nuevo. Digo orgullosa que, en mi caso, no solo se queda en una lista de buenas intenciones ya que cada año voy cumpliendo mis pretensiones. Bueno, vamos a ello:

El diario de Bridget Jones
1- Visitar más a mi familia y amigos. Aunque los visito todo lo que me es posible, la verdad es que podría hacerlo más amenudo. Visitar más a los de allá y quedar más con los de aquí.

2- Comer mejor. Siempre empiezo el año con este propósito. Todos los días como fruta, cereales de los de verdad: trigo, avena; cuatro yogures, verduras, pero lo hago como si fueran una medicina, no lo disfruto y a la hora de sentarme a comer en la mesa, tengo una dieta que solo llega al suficiente.

3- Mover más el culo. He pasado de un no parar diario, a reducir mi ejercicio físico a los paseos de mi perro... una hora por la mañana y otra hora por la tarde. Así no puede ser. Me sobra la energía y eso me pone muy nerviosa.

4- Encontrar un trabajo. Pues eso es lo que me corroe. Me dicen que me lo tomo muy a pecho, que aún tengo un año de paro por delante. Me me relaje y "disfrute" un poco... pero no puedo. Tengo que trabajar. Adoro el estrés, los agobios, la presión... y ahora mi vida es demasiado tranquila.

5- Estudiar y quedar en una buena posición en las oposiciones a profe de secundaria. Pues si, para algo llevo estudiando un montón de meses. Tengo que ser un poco más disciplinada, a veces me levanto de la mesa a hacer un café y acabo limpiando el baño. Se me va...

6- Dejar de ser una agonías. Es verdad que mis cabreos han bajado de 100 a 2. Ahora paso más de todo y ya no odio tanto al género humano como antes. Pero sigo siendo un poco negativa de más. Tendré que intentar ver la vida más en positivo. Por lo menos para no agobiar a los que tengo cerca.

7- Quererme un poco más. A ver, hay que aceptarse como se es y ya está. Tanto por fuera como por dentro. Lo más dificil es aceptarse por dentro, por fuera ya no tiene remedio, pero por dentro si lo tiene y es muy dificil cambiar y ser una persona mejor.

8- Hacer el Camino de Santiago (si, otra vez). Porque fue una experiencia buenísma, en bici, y esta vez lo quiero hacer andando, adoro andar, espero ansiosamente que lleguen las caminatas anuales de 50km, 40km, 30km del club de montaña, y bueno, si fuera un chico ya lo tendría hecho sola, pero soy una cagona, así que espero que alguien lo quuiera hacer conmigo. (en su defecto irme a Pekin con una buena amiga)

9- Probar toda la carta de cervezas del Papillon y los platos del Mama Romana. Bueno, que pasa?

10- Reducir mi consumo de pepsi. 2L al día es una burrada. Tendré un colon envidiable por las frutas, verduras y lácteos que tomo, pero los riñones deben tener batolitos.

lunes, 10 de enero de 2011

Muchosidades

Festival de Woodstock 1969
Odio las aglomeraciones y conglomerados humanoides en todas sus variantes. Cuando voy a un concierto, que no es muy frecuente, intento no mirar atrás. Me tiemblan las piernas al recordar algún que otro recital de esos con 40000 almas agitándose fuera de sí. Prefiero los teatros con sus salidas de emergencia o los públicos reducidos. Cuando bajábamos ni mas ni menos que un millón de estudiantes según la organización, 500 según el gobierno,  paseo Pintor Rosales abajo, camino de la madrileña plaza de España a grito de "LOU no", esta menda bajaba por el parque del oeste... por no decir que siempre preferí protestar en la cola de la procesión. No negaré que fui a discotecas, pubs y demás antros abarrotados cuando era adolescente, pero me pasaba mas rato en la calle, confraternizando con los ajumaos que aguantando empujones y sufriendo la falta de oxígeno dentro. Por no hablar de los gotones de condensación que caen de vez en cuando en los cogotes. Me gusta tener la puerta de los bares a la vista y soy muy fan de las terrazas en la vía publica. Y ahora que son las rebajas pues como que paso, colas para pagar, ostias en las montañas de ropa, dejaré pasar unas semanas... Necesito espacio vital, un radio de un metro mínimo entorno a mi persona, pero siempre que se trate de desconocidos, porque a los que quiero me gusta tenerlos bien cerca.

viernes, 7 de enero de 2011

Felicidad. (Del lat. felicĭtas, -ātis).

Fragmento de San Sebastian, Guido Reni
La felicidad es un estado de ánimo al que nos cuesta llegar. Desgraciadamente se consigue de manera muy puntual, dura unos segundos y se va. No me estoy refiriendo a ser feliz en general, llevar una vida satisfactoria que nos de seguridad y tranquilidad, un trabajo estable, una familia, salud, etc.  A veces confundimos ser feliz con la ausencia de sufrimiento, o preocupaciones, pero estar tranquilo no es necesariamente ser feliz.

Yo mas bien me refiero a ese momento que dura un instante, ese momento en el que piensas "si el cielo existe debe ser algo así". Creo que fisicamente sería imposible soportar ese sentimiento más de unos segundos, ya que es algo tan intenso que nos volvería locos. Existen atajos para alcanzar esa sensación, pero suelen ser fatales.

La RAE define la felicidad como el estado de ánimo en el que se disfruta de lo que desea. Yo he tenido dos momentos en mi vida en los cuales he identificado ese sentimiento y contrariamente a lo que dice la RAE, no fue causado por el disfrute de algo deseado, llegaron como una bofetada, inesperadamente y fueron causados por algo tan efímero como breve. Un flash, se paraliza el mundo y se cumple la máxima de los opuestos se atraen, ya que la felicidad extrema poco se diferencia de la tristeza amarga: nudo en la garganta, alguna lagrimilla y dolor en el corazón. No sé que es la felicidad, pero lo que si sé es que es algo que nos sorprende al doblar la esquina, nos atraviesa como un rayo, nos impacta y nos deja agotados y aturdidos, con una sensación de plenitud casi anestésica cuyo recuerdo es para siempre.

jueves, 6 de enero de 2011

Niña

Cerca del canal
Cuando bajaba la marea el lago de agua salada se convertía en un inmenso arenal inabarcable por la vista de la niña pequeña que era yo. Era verano. Solía despertarme el graznido de los cuervos que se daban el festín en el campo de maíz. Abría los ojos y lo primero que hacía era ir a ver el lago. Si la marea estaba baja,  volvía nerviosa a junto de mamá, me sentaba en el banco, no me llegaban los pies al suelo, y me bebía un perolón de leche mientras organizaba mentalmente una de mis incursiones.

Me ponía un bañador, el uniforme diario desde la mañana hasta la noche. Poco gastaban en ropa de verano mis padres. Ni siquiera me calzaba, recuerdo las guerras diarias con mi madre para que, aunque fuera, me pusiera unas chanclas. Solo las puse una temporada, después de pisar una caja de pescado que había en la playa y clavarme una punta en la planta del pie. Tenía los pies “encoirados”, duros de andar descalza sobre la hierba, las rocas plagadas de arneirón, de subir a los árboles…

A esas alturas del verano estaba negra como un tizón, con las mejillas rojas y despellejadas, el pelo amarillo quemado por el sol y con mis enormes ojos azules saltones. Todos se reían de mis ojos, cuando alguien me conocía hacía siempre algún comentario sobre ellos, por lo  que fue el primer gran complejo que tuve. “Que ojos, mi madre!”, yo me imaginaba a mi misma con unas grandes luces de semáforo en la cara, o con las ruedas de la bici de carreras que tenía mi padre. Ahora creo que es lo único bonito que tengo.
Era ahora cuando comenzaba la aventura, cogía un cubo, un ganapán, y echaba a correr hacia el lago vacío, desflechada, como alma que lleva el diablo. Mi destino, las rocas, al otro lado del canal.

Al llegar a la arena lo primero que me encontraba era un pequeño arroyo formado por las corrientes, había que cruzarlo, pero yo prefería emular a los atletas y coger carrerilla, saltar, y aterrizar de rodillas. Pero esos aterrizajes míos no eran nada espectaculares, ya que en esa zona del lago la arena se había convertido en fango. Y así, enterrada hasta la cintura, cubierta de fango negro hasta las orejas comenzaba a caminar a duras penas. Es muy difícil caminar en el fango, sobretodo porque a veces, el pie hace vacío y se queda atrapado. Y tú tiras y tiras de la pierna que no se mueve ni un poco. El truco está en quitarla poco a poco, sin grandes tirones, moviendo el pie suavemente, así el fango que se endurece y hace vacío comienza a llenarse de agua que facilita que puedas salir. Cuando me pasaba esto, solía jugar a que era Ártax, el caballo de Atreyu, que me dejaba morir en las arenas movedizas del Pantano de la Tristeza. Y decía en voz baja y lamentosa “Atreyuuuuuuu, sigue tuuuuu, yo me muerooooooo”. Hasta que notaba moverse alguna anguila debajo de mis pies o de mi barriga, algo que me daba un poco de repelús, entonces seguía avanzando hacia las rocas que escondían “El Tesoro”.
En al lago, con la marea llena
Después de la zona de fango, el suelo se elevaba un poco y la arena cobraba una textura esponjosa, los pies seguían hundiéndose pero ya no en un lecho pegajoso y negro. En esta zona te podías tirar a plomo de espaldas que era como un colchón de plumas, además esta arena guardaba un secreto, debajo de unos pequeños agujeros de forma alargada vivían unos animalejos, los berberechos. Cogía dos, uno contra otro, culo contra culo, un giro preciso y crash, el bicho se abría y a la boca. Que  cosa mas rica por dios. Avanzaba fijándome en el suelo, parándome cada dos metros para cogerlos y dejaba un rastro de muerte y destrucción, de esqueletos berberechescos tras de mi. Iba cantando a gritos, y solía cantar una cancioncilla ridícula que decía algo así  "y a orillas de la mar, se enamoró de una sirena, morena, soñaba con viajar junto a su amada gaviota..."
El suelo se iba endureciendo, poco a poco, y aparecían las pozas. El lago, cuando comenzaba a bajar la marea, se vaciaba por un solo sitio, el canal. Esa gran cantidad de agua formaba corrientes que, muchas veces, hacían remolinos, esos remolinos con la bajamar nos dejaban una agradable sorpresa, las pozas. Unas pozas de más de dos metros de profundidad que guardaban agua caliente. Podías estar metido en una de ellas el tiempo que hiciera falta porque nunca te cogía el frío. Ahí solía aprovechar para lavarme el fango negro, que al contacto con la arena blanda me dejaban un color plateado en la piel. Brillaba como un pez, y como es de suponer, me encantaba. Una vez limpia, llegaba a los pies del canal. Si el lago estaba ya vacío de todo era fácil cruzarlo porque no llevaba corriente, si aún estaba vaciándose costaba un poco cruzarlo. Pero yo tenía mi truco, dejarme ir y avanzar el diagonal. Nada de brazadas. Nadar como si tal cosa que al otro lado iba a llegar, no sabía a que altura, ni cuando,  pero en algún momento llegaría.  Allá voy.
Una vez al otro lado, el lecho del canal era de rocas y pequeñas zonas de arena. De vez en cuando, en la arena, veía esos agujeros con forma de ocho que me fascinaban. Eran las puertas de las casas de los longueirones, yo no sabía cogerlos, pero había visto como se hacía. Con la marea baja, se les echaba un poco de agua en el agujero, igual que a los grillos, y también un poco de sal gorda. Poco a poco, el animalito pensaba que había subido la marea y asomaba esa pequeña nariz que tanto se asemeja a la del cerdo, entonces, zas! Lo coges. A veces se escapaba, tengo visto gente escarbando con el brazo hasta el sobaco, haciendo agujeros estrechos y profundos hasta coger al longueiron. Pero eso se escapaba a mis habilidades como cazadora, yo iba a por esos pequeños bichejos que se quedan atrapados en las pozas cuando baja la marea, los camarones.

Adoraba saltar entre las rocas, quedarme hipnotizada mirando la vida que guardaban las pozas, las anémonas, los pequeños lorchos, los patexos negros y cuadrados, las nécoras, las lapas, las minchas, los cangrejos verdes (me encantaba ponerlos frente a frente para que bailaran la muiñeira!!), y los camarones.

 Hay que decir que “cazar”, cazaba, pero el problema estaba en el camino de vuelta porque perdía mi presa cuando cruzaba el canal. Las corrientes, el agua, nadar sin soltar el ganapán y el cubo… una odisea, vamos… Además la mayoría de las veces le cogía cariño a algún cangrejo de esos verdes que tienen manchas negras en la concha y los metía en el cubo con los camarones, ejem…

miércoles, 5 de enero de 2011

Lección número 1. Pregunta todas tus dudas en las entrevistas de trabajo

Él sí firmó (K. Kinte)
 Fui a una entrevista de trabajo en una conocida tienda de mobiliario y menaje del caro (La Oca). Y yo que ya he trabajado en una empresa de esta calaña, se que lo que parece bonito de puertas para fuera muchas veces está podrido por dentro, como esas estupendas manzanas rojas que parecen de caramelo y  una vez les hincas el diente descubres que están pochas porque vinieron desde Francia en una cámara frigorífica. Lo peor es que tienes el frutero lleno de ellas. Les mandé un curriculum y al día siguiente me llamaron para la entrevista. Cuando llegué allí el hombrecillo que me recibió me recordó al pitufo gruñón ya que sin conocerme, se me quejó de las trabajdoras que había tenído que contratar al hacerse cargo de la franquicia. Que si llevaban mas de diez años, que si algunas tenían jornada reducida por haber sido madres, bueno, al hombre se le caía el mundo encima. Me dijo que en su otra tienda (en Compostela) ya había despedido a toda la plantilla un montón de veces. En ese momento me recosté en la silla y dejé que el blablablá se acabara. Me despedí segura de no volver a verlo nunca más ya que algunas palabras que cruzamos no fueron demasiado, como diría yo, corteses. El caso es que de allí a unas semanas me llama y me dice que le encanté y que quiere que trabaje con él.
- cuanto me vas a pagar?- le pregunté
- por convenio- me dijo
- ya pero, que convenio -
- Pues no sé - me dice
Esa noche no dormí, tenía un mal cuerpo que no podía con el... que si semana de mas de 40 horas, que si solo voy a librar los domingos, que si lo que de verdad me interesa es estudiar, que si no voy a poder ir a visitar a mi familia a Fene tanto, dios que estrés!!!
 Al día siguiente quedé con él en la tienda a las 10:30, y puse especial enfasis en comentar el salario, el horario y si esa semana de formación en SAntiago iba a correr por mi cuenta. A las 10:30 no estaba en la tienda, ni a las 11, ni a las 11:30... ni en el teléfono en todo el día.
Esta mañana tampoco me contestó al movil, así que lo llamé a la tienda sin decir que era yo. Por fin!
- mira, quiero saber cuanto me vas a pagar.
- eso no es lo mas importante, lo importante son las comisiones
- ya pero entenderas que, naturalmente quiero saber cuanto voy a cobrar
- por convenio
- ya pero que convenio? que categoría salarial? no voy a firmar un contrato sin saber mi sueldo...
- llamo a la gestoría y te digo
Horas después me llama, me da un sermón de padre y muy señor mío, que si está muy interesado en mi, que si las comisiones suben mucho el sueldo, que si hay muy buen ambiente de trabajo, volví a escuchar otra vez blablablá... oooooy! si ya curré muchos años para un vendedor de motos, que estoy vacunada...
-10400€ brutos/año
- eso es menos del salario mínimo!!
- pero luego cobras más por las comisiones- me dice
- y el contrato sería jornada completa? (intuyo que no, y las "comisiones" sería en negro)
- en mi tienda en Santiago todos cobran más por las comisiones
- me parece poco, cobro mucho mas en el paro
- no te puedo pagar mas sin saber lo que vales
- soy licenciada y decoradora, tengo una experiencia de 5 años y eso lo tienes que pagar, todos tenemos que correr riesgos, si tu no lo haces conmigo yo no lo voy a hacer contigo.

Y ahora pienso, si el "por convenio" lo estuviera escuchando hasta que me llegara la nómina del primer mes, y al percibir la miseria esa (repito, por hacer proyectos de decoración, 3ds, vender, etc) decidiera que no quería seguir con él tendría que convencerlo para que me despidiera, de lo contrario perdería el paro o en su defecto me bajaría la cotización a niveles bajo el nivel del mar.

AAAAy! omá, menos mal que no firmé nada. Que afortunada me siento. Seguiré con mis opos.

martes, 4 de enero de 2011

En el camino



"...del gran Ed Dunkel, de sus troncos de la niñez, sus amigos de la
calle, de sus innumerables chicas y de las orgías y las películas pornográficas, de sus
héroes, heroínas y aventuras. Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo
en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y
tenue. Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba
tras  ellos  como  he  estado  haciendo  toda  mi  vida  mientras  sigo  a  la  gente  que  me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por  vivir,  loca  por  hablar,  loca  por  salvarse,  con  ganas  de  todo  al  mismo  tiempo,  la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!». "
Jack Kerouac

"En 1942 fui la estrella de uno de los dramas más asquerosos de todos los tiempos.
Era marinero y fui al Café Imperial, en Scollay Square, Boston, a tomar un trago; me
bebí sesenta cervezas y fui al retrete donde me abracé a la taza y me quedé dormido.
Durante la noche por lo menos un centenar de marinos y de individuos diversos fueron
al retrete y soltaron sus excrementos encima de mí hasta que me dejaron irreconocible.
Pero ¿qué importaba...? El anonimato en el mundo de los hombres es mejor que la fama
en los cielos, porque, ¿qué es el cielo? ¿qué es la tierra? Todo ilusión.
Al amanecer, Dean y yo salimos dando tumbos de aquella cámara de los horrores y
fuimos en busca de un coche a la agencia de viajes. Tras pasar gran parte de la mañana
en bares de negros, siguiendo tías y escuchando jazz en las máquinas de discos, hicimos
ocho kilómetros en autobuses de cercanías con nuestro disparatado equipaje y llegamos
a casa de un hombre que nos cobraba cuatro dólares a cada uno por llevarnos a Nueva
York."


En el camino, Jack Kerouac

Y ahora, a quién no le apetece leer a Kerouac?

Bluebird

Alguien cuyo nombre quiero olvidar me fisgó el bolso un día y vio un librito de Jaime Gil de Biedma. Me preguntó que si me gustaba y yo le contesté que si. Me dijo que era una lectura propia de niños de catorce años. Por el contrario, yo creo que cuantos más años vas cumpliendo, más comprendes a los que hablan de la vida, a los que describen su dureza y su intensidad.

Hace media vida que amo a Jaime y a Charles. Su obra es algo más que un desvarío etílico.

No me gusta demasiado la poesía, pero si me gusta el reflejo del alma humana en el arte, las pasiones, la mediocridad, el dolor, la alegría, el sentimiento, la fortaleza... por eso me hipnotiza Egon Schiele, sus obras reflejan el espíritu humano y todas sus bajezas. Amo el arte. La poesía es arte.

Y soy de la opinión de que el ser humano, aún vil, es bello.

Bluebird. Charles Bukowski

there's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I'm too tough for him,
I say, stay in there, I'm not going
to let anybody see
you.
there's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I pur whiskey on him and inhale
cigarette smoke
and the whores and the bartenders
and the grocery clerks
never know that
he's
in there.
there's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I'm too tough for him,
I say,
stay down, do you want to mess
me up?
you want to screw up the
works?
you want to blow my book sales in
Europe?
there's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I'm too clever, I only let him out
at night sometimes
when everybody's asleep.
I say, I know that you're there,
so don't be
sad.
then I put him back,
but he's singing a little
in there, I haven't quite let him
die
and we sleep together like
that
with our
secret pact
and it's nice enough to
make a man
weep, but I don't
weep, do
you? 

Pájaro azul

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

lunes, 3 de enero de 2011

La mala educación

Los fumadores están a vueltas con que las prohibiciones son malas, que hay que apelar a la buena educación... ejem! Señores, aún el jueves me senté a comer en un restaurante en Cangas y tanto los de la mesa de al lado como el resto, venga a chupar el pitillito. Joooder! cuantas veces no hemos entrado en un local en el que hay ochenta personas fumando y la persona con la que entras enciende un cigarro? pero si ya con respirar fumas alma de cántaro! que con la crisis la vida está muy mala!
También está el opuesto, cuando yo fumaba e iba en el vagón de fumadores del tren me jodía sobremanera que la mamá de turno sentara a su churumbel a mi lado, lo que me fastidiaba el viajecito. 
Si es que en este país solo funcionan las prohibiciones, lo único que hace reaccionar al personal son las multas. Que se carece totalmente de educación, leñe!
En muchas ciudades españolas la policía local multa a los peatones que cruzan por donde no deben, se ha prohibido utilizar el movil al volante; los perros, la música alta y los balones en las playas... o no? cuantas veces con la marea llena, en pleno agosto con la playa abarrotada, un montón de gorilas están dando toques al balón, y además mal y dándole balonazos a todo el personal??? multa, y yo les rajaba el balón! y los bañistas que se meten con bandera roja en el mar? no se dan cuenta que ponen en riesgo la vida del socorrista cuando tiene que echarse a por ellos? lo peor es que luego las pagan los surfistas porque cuando hay roja en verano es cuando mejor está el mar para coger unas olas...
Se ha tenido que dar status de autoridad  a los maestros y profesores porque tanto padres como alumnos descargaban sus frustraciones contra ellos. Los médicos y enfermeros sufren agresiones día si, día también. Algunas ciudades como Benidorm han tenido que prohibir ir en pelotas por la calle porque los turistas salían de las playas como dios los trajo al mundo y se sentaban a comer en cualquier terraza. Joder que trabajo cuesta poner una camiseta???
Se han tenido que prohibir los botellones, seré una rancia pero el ruido a altas horas y la suciedad me ponen de los nervios.  Si los teenagers y no tanto, hubieran sido mas limpitos y respetuosos, el botellón no se hubiera prohibido. Prohibición y multa por sacudir una alfombra sobre la vía pública (un poco de por favor!), abandonar  y maltratar animales, dar de comer a las palomas, no recoger las cacas perrunas y un montón de prohicibones absurdas mas derivadas de la mala educación. Es lo que hay.

domingo, 2 de enero de 2011

Fauna que me desquicia al volante

Miedo y asco en Las Vegas
A ver, se que no soy un buen ejemplo al volante, que ya la monté una vez bien gorda, que siempre me dicen que conduzco de manera agresiva, que voy rápido, que me acerco mucho al de delante, etc... pero también es cierto que hay mucha gente que de prudente se pasa, que no tienen accidentes, pero los provocan. Yo los tengo agrupados en varios tipos que se repiten una y otra vez. Haré un resumen de los más comunes: Vamos con las señoras:

SEÑORA CON EL COCHE LLENO DE NIÑOS (O UNO): que van despacio como si el coche tuviera media burra de potencia. Rondan los cuarenta y algo o treinta y muchos de edad. Suelen conducir un monovolumen y llevan el fuciño pegado al volante.
SEÑORA DE MAS DE 50 QUE CONDUCE CON MIEDO: son esas señoras que no es que respeten los límites de velocidad, es que van a 20km/h por debajo de lo que marca la señal. Frenan tanto en las curvas que casi se les apaga el coche (imagino que por miedo a salirse). Confunden un ceda con un stop y cuando están dentro de la rotonda frenan para ceder el paso a los que se van a incorporar. Suelen llevar un citroen saxo, un ford fiesta o un clio, coches pequeños.

Ahora los señores:
SEÑORES QUE VIENEN DE TOMAR UNHA TASA: son esos señores que van a 2 km/h utilizando la linea de la carretera como si fuera un rail de scalextic, pero a veces también van por el arcén. Frenan demasiado... bueno, van frenando todo el tiempo, no se como pueden pisar el freno y el acelerador a la vez. Conducen coches grandes, enormes, el típico coche de jubilado, como el citroen c5, un volvo, mondeo... aunque también está la variante del botijo o cohe sin carné. Suelen llevar la cazadora o abrigo puestos por lo que no son capaces de mover los brazos para girar el volante.
SEÑORES A LOS QUE LES JODE QUE LOS ADELANTE UNA TÍA: son esos que van por la autopista y cuando ven que les adelantas le pisan más. A veces se echan sobre tu coche cuando les estás adelantando. Suelen tener cincuenta y tantos o sesentayalgo. Conducen furgonetas blancas el 80% de las veces.
Existe la variedad de los cuarenta que son capaces de adelantarte 5 veces en veinte kilómetros, y la de los veintialgo que suelen llevar el coche semituneado.

Luego está el especimen que mas me jode del mundo mundial, el tocahuevos-ovarios por excelencia, el gilipollas que jamás debería conducir un coche, el toupa torpe:
el SUNDAYDRIVER: los odio, siempre van con una eterna hilera  de coches detrás haciendo caravana. Cuando les adelantas pisan el acelerador esperando que se acabe la discontinua y con esperanzas que te destroces el pecho contra un coche que venga de frente tras la próxima curva. Suelen pisar el acelerador en los semáforos en ámbar o rojo clarito, para joder, dejándote a ti parado y con cara de imbecil tras ellos. Pero da igual , de allí a un ratito volverás a ser su víctima incorporandote a su caravana, esta vez mas nutrida. Cuando comenten la locura de entrar en la autopista circulan a 70km/h, montándola, como no.

Voy a parar que me enervo...