martes, 2 de agosto de 2011

Al norte del Norte

Soñaba con viajar hacia el norte, donde la luz es azul. Soñaba que se enamoraría de aquellas tierras y no querría volver más. Por dentro era como un paisaje boreal, y tenía la firme convicción que allí se sentiría feliz al fin. Sentía la necesidad de mortificarse con el frío, de purificarse. Tener una razón real para fatigarse al caminar, que las heridas de su alma se tradujeran en tez despellejada por viento álgido. Sus pensamientos alcanzarían una nitidez propia de la claridad glacial y por fin estaría todo en su sitio.  La ira del mar del norte azotando las rocas afiladas sería una medicina para el corazón.
Una vida simple y austera, envuelta por tablones de pino con la despensa llena de carne seca. Una vida en soledad,  en el fin del mundo. No es eso el cielo? pensaba

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