viernes, 5 de agosto de 2011

"Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros"

Stromboli, R. Rossellini (1950)
Solo sé escribir sobre las púas que desgarran la tersura de la vida. De los fallos e imperfecciones que se dibujan en una buena piel. Creo que la belleza de nuestra existencia reside precisamente en todo lo contrario, lo antiestético, lo vergonzoso, lo inmoral… si conocemos esa parte deforme de la realidad, sabremos identificar lo bello a cada paso. Respirar profundamente una mañana de verano y notar como la luz del sol llena los pulmones de energía naranja. Acabar esa inspiración con una gran sonrisa y ver colorearse las hojas de los árboles, una a una, apreciar como lentamente comienzan a contrastar con el cielo azul del fondo, diferenciar sus colores verdes, amarillos, marrones… Y todo eso gracias a la triste y oscura luz plomiza que en invierno inunda nuestras salas de estar y nuestras almas.

Las pasiones son el antídoto al aburrimiento. Los sentimientos, los impulsos, el ánimo, el humor… cuídame dios de las aguas mansas… siempre me ha gustado la gente que está viva y lo demuestra. La gente que sin vergüenza habla de sus entrañas. De lo que le corroe las paredes del corazón. Quien no ha estado nunca enamorado, no está vivo. Quien no ha dado nunca una bofetada, o la ha recibido, no me interesa. Para amar hay que odiar, para ser feliz hay que sufrir. Desecho las líneas rectas, no me interesan, la perfección siempre viene de la mano de la infelicidad, pero no es su fruto.

1 comentario:

fianarosa dijo...

Qué bonito Esther y cuánta razón...!!!