viernes, 10 de junio de 2011

Y después qué?

No nos gusta hablar de la muerte. Quizá sea porque nos pone tristes o porque llevamos el ancestral respeto a los muertos tatuado a fuego en los genes. Tal vez sea por no querer recordar el mayor de los dolores que sufre un ser humano, la perdida de un ser querido. El caso es que yo procuro hablar de los que se fueron, primero entre llanto con el pañuelo en la mano y luego poco a poco ganando la normalidad. Quizá sea una tortura para algunos, mencionar en voz alta a la persona fallecida, decir lo mucho que le gustaba esto o aquello, lo bien que cocinaba, lo buena persona que era, el genio que le salía a veces. Coger un álbum de fotos y recodar los buenos momentos… en resumen, no condenar al olvido a esas personas que fueron tan importantes en vida para nosotros. Me niego a que se me rompa el corazón al recordar a mis seres queridos, quiero hacerlo teniendo presente el inmenso amor que sentía por ellos y que su recuerdo me haga feliz. Por eso creo que es muy importante hablar de ellos y no evitarlos en las conversaciones. Desde luego no estoy diciendo que haya que revivir el momento mas doloroso una y otra vez, ni llevar las conversaciones hacia ese tema de manera obsesiva, solo estoy diciendo que hacer como si nunca hubieran existido es la peor de las soluciones para sobrellevar una pérdida.


Creo que la muerte forma parte de la vida, es una fase más, muy triste, y más si quien nos deja lo hace a destiempo, pero hacer de este hecho algo natural, nos ayuda a sobrellevarlo.

Mi pareja y mi madre que son como yo, no entienden de tabúes y con ellos llevo llorado más de un mar de lágrimas. Y gracias a esos mares que desahogan, hoy puedo recordar y ser feliz recordando.

7 comentarios:

Miss Amanda Jones dijo...

Yo soy igual.
En mi casa no se habla de los últimos momentos de nadie, pero de las personas que ya no están se habla sin problemas. Y lo mejor es que al principio cuesta y a lo mejor acabas llorando, pero tras un tiempo ya no, y de hecho una de las mayores risas que me he echado últimamente fue con mi madre por teléfono no hace mucho, hablando de las ocurrencias de mi abuela.

Anónimo dijo...

es bueno recordar a los que fueron parte importante en nuestra vida con cariño, al principio duele por puro egoismo, porque no queremos aceptar que nunca mas volveremos a compartir nada con ellos. Pero al final comprendemos que sí seguiremos compartiendo todo con ellos, y mas que antes incluso

pinkmist dijo...

yo conozco algunas personas muy muy cercanas a mi que si tocamos el tema se enfadan...

Anónimo dijo...

Yo puedo habar sin problemas de esa gente siempre que haya sido una muerte normal (me refiero a una edad avanzada).Abuelos,bisabuelos,los recuerdo con mucho cariño y hablo de ellos siempre que puedo.Pero por desgracia,tengo gente en la familia que murió joven y no puedo hablar del tema con naturalidad sin acabar hecha un cristo.Es muy duro recordar a alguien que no murió a su debido tiempo,puesto que los buenos recuerdos que se puedan tener de esa persona siempre van a estar enmarcados por una muerte trágica.
-hoochie-

Anónimo dijo...

Chuli, soy la Golightly, no consigo logarme....
En mi modesta opinión, la muerte no es más q otra anécdota en la vida y la gente que se nos va nos duele, para siempre, pero las vivencias y la memoria están siempre ahí, frescas...
El amor que dejan y las cosas que enseñan mientras son seres vivos a base de carbono no se mueren, tienden a hacerse más vivos cada día... curiosamente...

Anónimo dijo...

Hoochie, lo siento muchísimo. Señorita Golightly, es cierto, el echamiento de menos es directamente porporcional a tener presente a esas personas. Besiños

Esther

fianarosa dijo...

La muerte es un trance doloroso, tarde o temprano tienes que enfrentarte a ella, pero como tú dices, forma parte de la vida y es algo natural. Hay un período de adaptación al sentimiento de perder a un ser querido que tiene varias fases, eso está estudiado y es como el desengaño amoroso: la fase de la negación, de la rabia, del sentimiento de culpa, etc. El dolor es inevitable, supongo que dependiendo del grado de proximidad que tuvieses con esa persona, el sentimiento cambia. La experiencia que yo tengo es de dolor por soledad, por sentir que se te va esa persona y tú te quedas sóla en este mundo, se te va el vínculo más fuerte que tenías con la vida (claro que yo no tengo hijos). Pasado el tiempo, cuando el dolor más grande se va, empiezas a darte cuenta de que esa persona está y estará siempre contigo, porque tú eres parte de ella, tú la llevas contigo y ella no te abandona, permanece en todo lo que dejó en este mundo. Un ser querido se va de este mundo pero no se muere, sus obras, sus pensamientos, sus ideas, sus sentimientos, sus descendientes, lo que sea... quedan en este mundo y son parte de ella.