lunes, 16 de mayo de 2011

Un mulato, un albino, un mosquito, mi libido

Desodorante que dio nombre a la canción de Nirvana
Una pulsera hecha con micromachines, un agujero en la manga de la chaqueta de lana a la distancia justa para poder meter el dedo pulgar. Mechas violetas sobre el pelo rubio intoxicado de peróxido, pantalones ajustadísimos gastados con papel de lija y agujeros meticulosamente estudiados. Collares de plástico y latón, escotes a tijeretazo limpio porque las camisetas de bandas de rock eran muy masculinas. Tuercas como anillos e hilos de colores cosiendo los cinco agujeros de cada oreja. Zapatillas allstar dibujadas con boli y escritas con sentencias existencialistas de Sartre. Brazaletes comprados en alguna tienda canina y la lista de discos encargados en M-4 en el bolsillo. Los dedos índice y corazón amarillos del tabaco. Esa eterna chinita en el bolsillo, que estuvo ahí durante mucho tiempo porque era un recuerdo, y que alguien se fumó. Una pose de enfado y mirada atravesada que intentaba demostrar suficiencia y marcar las distancias.



Cuando veo una foto de aquella época, una sonrisa flora a mis labios, quizá hubiera sido todo mas fácil si me empeñara en ser normal, pero entonces, yo no sería yo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre te recordaré siendo así.Y me alegro. :)

-Hoochie-

pinkmist dijo...

:´)

Miss Amanda Jones dijo...

Qué mala eras! Y yo me lo perdí!