jueves, 19 de mayo de 2011

Nulo



Papeleta para el domingo
 
Soy de esa generación. Hijos de la transición. Hijos de la reconversión naval. Hijos de una crisis tras otra. Una generación que estrenó la democratización de la enseñanza superior, crecimos viendo ir a nuestros padres a ejercer  su derecho al voto (y que tanto les costó conseguir) en nuestras escuelas, somos los primeros en todo y los primeros en nada.
Yo no podía concebir que alguien no votara. Había alguna gente que me decía “yo soy apolítico” y lo que realmente escuchaba yo era “soy de derechas, pero no me sale de la punta de la p**a decírtelo porque me vas a quemar”.

Me enervaba todo, salía a la calle a protestar por cualquier cosa, incluso tenía un tablero de contrachapado clavado a un palo para salir a la calle, así solo tenía que pegar con cinta de embalar la cartulina con el lema de la manifa en cuestión. La guerra de Kosovo, la guerra de Irak, la L.O.U., el Nunca Máis, los primeros de mayo, huelgas generales, etc. Si había concentración en Madrid, allá iba, con mi gorro, mis guantes, mi bufanda viendo algún documental en el bus sobre As Encrobas, el estado de Chiapas o que se yo, cualquier cosa era válida para ir calentando la sangre. Un año perdí 6 meses de clase en la facultad por huelgas, manifas y asambleas de media noche… luego tuve que estar todo el verano estudiando lo que no estudie en invierno. De mi ventana compostelana colgaba un cartel en amarillo fluorescente de esos del súper contra la guerra, y en vez de una cortina, usaba una bandera republicana.
Antes tenía contra lo que luchar, tenía un objetivo, sabía que el futuro próspero de Galiza empezaría a tomar forma cuando el viejo y orondo dinosaurio franquista saliera de San Caetano. Con unas cuantas toneladas de chapapote y una película de 15 cortos, conseguimos destronar al varano cojo. Y con una ilusión desmesurada, con gran espectación vimos lo que todos estábamos esperando, no como quisiéramos, pero casi. Pero pronto, el partido que yo votaba y al que hubiera jurado amor eterno me falló. Sobretodo al final, cuando se comportó como aquellos contra los que yo arremetía. Se volvieron serviles con sus compañeros de sillón. Un partido que se dice marxista-leninista que colorea las estrellas rojas de verde. Que convoca oposiciones con unos baremos por y para ellos diez días antes de las elecciones. Que aparta de una patada a quienes los parieron. Que se reunieron con los partidos cristiano-nacionalistas de Cataluña y Euskadi como si no hubiera partidos nacionalistas de izquierdas… Bloque Nacionalista Burgués de Galicia.

Me dicen que los colores están pasados de moda, que los votos tienen que ser interesados. Que no es normal votar por ideología… pero yo soy fiel a mis ideas.

Soy de izquierdas, soy republicana, soy federalista, pacifista, ecologista, y en cierto modo, creo que algunos principios comunistas son la solución a los problemas que estamos sufriendo.

No puedo dejar de ver la realidad que me rodea como un teatrito, quisiera, pero no puedo dejar de pensar en que todo está pensado, cortado, hilvanado y cosido, por los de siempre. Hay mucho en juego. Solo hay que echar la vista atrás y ver como las revoluciones, las guerras, y las relaciones entre países siempre se deterioraron por motivos económicos, por el dinero se vende la gente, los políticos pierden el honor por intereses monetarios.

Nadie me representa. Por el hecho de presentarse. El mundo pide una revolución. Pero ya no hay líderes, ya no hay revolucionarios. Vivimos en un mundo en extremo corruptible, y eso es porque está podre.

2 comentarios:

Dami dijo...

Yo estoy más con el voto inútil que con el nulo. Además, está claro que les va a dar por culo que haya tropecientos votos nulos

pinkmist dijo...

lo sé Dami, preguntales a los vecinos portugueses que hace unos meses entre abstenciones y votos nulos sumaron mas del 60%del electorado y las elecciones fueron válidas...